Massimo Brusco

Biografía

¿Por qué decidí escribir mi historia?

¿Sabes por que?

Para resaltar el valor de mis padres: es sólo gracias a ellos que creyeron en mí que pude crear una empresa, sin ellos no hubiese podido expresar mi creatividad y mis ganas de crecer.

 

32

años de trabajo

50 millones

piezas por año de producción

30 tons

por mes de hilo consumido

3 millones

ingresos anuales

¡Y NO TE RINDAS!

A menudo la vida nos recuerda que ella es una evolución constante, desde la infancia hasta la edad adulta… ¿Pero quién dijo que esta no pueda transcurrir como un juego, un juego serio pero agraciado, permaneciendo un poco niños no obstante seamos grandes?

Yo no pretendo resolver este enigma, pero puedo contarte mi vida y tal vez mi éxito.

Mi historia

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1974

Año de nacimiento

Me llamo Massimo Brusco y nací en enero de 1974 en Canelli, la ciudad del vino Asti Spumante.

Una pequeña ciudad del Monferrato, famosa por sus vinos espumosos y sus tradicionales cantinas, pero no sólo por eso.

Sus antiguos castillos y sus torres narran la calidad de su buena vida, como la vida de los enamorados que lleva hacia el castillo Gancia que traza el camino del juego y del romanticismo.

El romanticismo abraza diferentes facetas danzantes pertenecientes a nuestra mente, y nos recuerda la ligereza de la vida, acompañándonos dulcemente en el descubrimiento de nuestros recuerdos más placenteros.

Mis padres me recuerdan el placer del juego del balón, cuando era un hincha de Milán y la pasión por los motores.

Una pasión arriesgada pero absolutamente divertida, porque me trae a la memoria la mítica Vespa 50 que desde pequeño me gustaba desmontar y modificar en compañía de mi gran amigo Roberto: mi amigo del alma.

Que lío que hacíamos juntos en las calles de tierra de nuestra adorada Canelli y no sólo… ¡Que escalofríos!

A Roberto se le da muy bien con el balón. Era mi vecino de casa, fuimos juntos al jardín de infantes y fue mi compañero de banco en la escuela.

Nunca fuimos unos genios en el cole, ¡más bien empollones patentados!

Nuestras ganas de estudiar eran inexistentes, pero no nos faltaba el frenesí de esos dulces años, con las manos sucias de grasa, el fútbol fácil a que jugábamos en el césped puntando el balón hacia el arco y ese deseo infinito de curiosidad y belleza.

Al terminar la escuela secundaria, me inscribí en el ITIS ARTOM de Canelli, una escuela de peritos mecánicos.

Esta experiencia no duró mucho. Al cabo de 5 meses ya había dejado el instituto.

Nunca olvidaré el rostro decepcionado de mi madre que, a esta altura, ya había renunciado a la idea de ver a su hijo con la toga y el título en la mano. Me retaba indefensa amenazándome con mandarme a trabajar. Con toda su gracia repetía cada mañana la famosa frase:

«Mira Massimo, estoy harta de esta situación, o te das maña y comienzas a estudiar o te mando a trabajar con tu papá».

La única diferencia fue que esta vez cogí la ocasión por los pelos para no volver a la escuela, opción que caía de maduro para un holgazán como lo era yo en ese entonces.

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1979

Mi padre abre una empresa

En 1979 mi padre fundó una empresa dedicada a la elaboración del alambre.

. Producía todo tipo de muelles, fueran ellos de tracción o compresión, torsión o perfilados, en diferentes diámetros y con varios tipos de materiales.

Sinceramente, en ese período de «holgazanería» no prestaba mucha atención a la actividad de mi papá.

Los motores, el balón y las chicas eran sin duda mis distracciones principales, pero de hecho, la situación tan extravagante de aquella época me obligaba a comenzar una trayectoria laboral con él.

Seguramente esto me sirvió de trampolín para lo que luego sería mi destino.

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Mi niñez

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1989
Mi primer dia de trabajo

Corría el lejano 14 de febrero de 1989, tenía tan solo 15 años. ¡Mi padre me convocó para mi primer día de trabajo!

La puntualidad era fundamental, por lo tanto, nos despertamos al amanecer y llegamos a la empresa cinco minutos antes del comienzo de la jornada laboral, previsto para las 8:00.

Éramos cuatro muchachos pícaros que se nutrían de balón y motores, y que ignoraban aún las responsabilidades y las reglas que miran a la rectitud de un trabajo duro y agobiante aunque estuviese circunscrito en el ambiente familiar.

Nos encontrábamos acechados en una largo banco de trabajo, metidos con una herramienta que había construido mi padre para formar pliegues y piezas de alambre cortadas a la medida.

Nos habían asignado la tarea de embalar en cajas esas piezas.

Nuestra actitud era totalmente entregada a una recta disciplina por lo que no volaba ni una mosca, nada de risas ni desorden.

Nos permitían una pausa para el café en la mañana y otra por la tarde. Nuestro único objetivo era llevar a cabo un trabajo que exigía sólo la máxima concentración, empeño y un resultado más que excelente.

Al final de la semana, los viernes, estaba vigente la regla de la limpieza general del taller. Uno de nosotros a la derecha y el otro a la izquierda. Primero teníamos que limpiar los tornos y las máquinas herramientas, luego higienizábamos el baño y los vestuarios.

Este encargo profesional duró tres o cuatro años. Luego me transfirieron junto a las máquinas enrolladoras, es decir, las máquinas que enrollan el alambre y fabrican muelles cilíndricos o de tracción.

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1996

¡Abro mi propia empresa!

Mi presencia en la empresa familiar duró hasta el 1996, año en el que decidí, junto con un amigo, abrir mi propia empresa.

Había empezado de cero y para ese entonces ya había acumulado una preparación más que discreta en la materia.

La empresa nació con las iniciales de nuestros nombres: FM

Mis padres estaban muy orgullosos de mi decisión y a su manera trataron de apoyarme.

El proyecto era bastante complejo, los documentos tenían que probar la veracidad, la factibilidad y la credibilidad de aquella idea con garantías y demás.

Por último, era fundamental, necesitábamos fondos para implementar nuestro proyecto, pero con sacrificio y voluntad lo logramos y compramos un amplio galpón de 1000 m2, completamente vacío, una especie de caja mágica gigante, capaz de llenarse con voluntad y esfuerzo y que mientras tanto se convirtió en una pasión.

Sin embargo, faltaba colocar el pavimento, faltaban las puertas de las oficinas y el taller aún no tenía una instalación eléctrica.

Compramos de inmediato una fresa, un pequeño torno y con hierro nos construimos los bancos, los carros y, lo más importante, mi padre se desveló para construirnos todas las herramientas necesarias para hacer los conos de los muelles de tracción, muelles con ojal inglés y muchas otras cosas.

Las instituciones bancarias nos concedieron el dinero necesario para comprar las primeras máquinas, indispensables para comenzar nuestra actividad. Compramos también una bobina por cada tipo de diámetro y material (recuerdo que gastamos alrededor de 30 millones de viejas liras).

Mi larga experiencia adquirida en el taller me indicaba como un operador especializado y por esto me entretenía construyendo diferentes muelles, no obstante había muchos otros talleres que se dedicaban a la producción de máquinas enológicas en la ciudad de Canelli y sus alrededores.

Mi socio, pero sobre todo mi amigo, se encargaba en cambio de toda la parte comercial de representación y, en caso de necesidad, también él venía al taller para optimizar el trabajo inherente a la parte operativa del producto.

Nuestra fortuna también fue conocer una empresa, hoy líder en el mercado, a pocos pasos de Canelli, que se encargaba de vender material para la agricultura (postes, alambre y obviamente accesorios).

A partir de ese momento, una luz realmente significativa, comenzó a brillar en nuestro camino profesional.

Seguramente el hecho de haber sido los primeros en invertir en la primera máquina eléctrica multi-corredera (considerando que años antes yo realizaba y optimizaba manualmente el mismo proceso), nos dio una importante ventaja en términos de rentabilidad y reputación de la empresa.

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1998

Trabajamos sin parar

Llegamos así al 1998. En aquella época sólo fabricábamos piezas para agricultura, en especial, atadoras de sarmientos usadas para bloquear el alambre de sustentación en los tutores de los viñedos.

En caso de necesidad, también nos dedicábamos a trabajar para el sector termo-hidráulico, si bien la viticultura era nuestra actividad principal.

A lo largo de los años, esta importante máquina de trabajo siguió creciendo imperturbada

No había descanso. Las máquinas trabajaban incluso de noche, hasta que, en el año 2000, decidimos comprar la segunda máquina multi-corredera que trabajaba hasta 2 mm (la primera llegaba hasta 3 mm), un lindo objetivo para nosotros, ganado con mucho sudor y sumamente merecido.

Éramos aún muy jóvenes y estábamos muy orgullosos de la trayectoria profesional que con gran satisfacción habíamos conquistado pero a pesar de ello, en la vida, es sabido, cada uno tiene sus prioridades y sus puntos débiles, por lo que no siempre las Sociedades siguen con los mismos protagonistas.

Para que las cosas permanezcan en un estado positivo es necesario dedicarse con tenacidad, paciencia y determinación aunque los resultados sean excelentes.

Mi socio decidió dedicarse a la empresa del padre y en su lugar entró mi hermana, claramente aún sin mucha experiencia en el nuevo cargo que le había asignado.

Así, me encontré sin un socio y con muchas más responsabilidades por enfrentar.

Además de tener que proteger a mis empleados, en este caso la empleada administrativa que trabajaba con nosotros, me había quedado sin toda la parte comercial ya que era mi socio quien se había ocupado totalmente de este aspecto a lo largo de los años.

Además de llevar a cabo mi trabajo operativo en el taller, me improvisé como agente de comercio, dando vueltas como una calesita entre mis clientes.

Personas clave para la evolución de nuestra actividad ya que muy capaces de difundir la validez de nuestro trabajo con el boca a boca más útil y precioso.

Mi rapidez en el trabajo y mi atención a su evolución me hicieron ver cómo cada vez más en los viñedos se empleaban muchos dispositivos de acero inoxidable, cada uno de ellos con diferentes funciones.

Seguramente dichos dispositivos optimizaban de forma muy significativa el trabajo del viticultor, reduciendo la mano de obra.

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2003

Mi primera plegadora.

Era el año 2003. Compré mi primera plegadora, un verdadero robot innovador, capaz de producir elementos muy complicados y con diferentes diámetros de alambre.

A estas alturas mi trabajo ya había adquirido un ritmo constante La operatividad alcanzaba una media de 100 horas semanales y había contratado 4 personas distribuidas en las diferentes secciones de la empresas.

En promedio, compraba una máquina al año arriesgándome también a cometer errores. Gracias a las mismas, entendí que algunas decisiones no fueron totalmente adecuadas a mis objetivos por lo que decidí sustituirlas por otras, especializándome en el sector vitivinícola.

Mi actividad se hacía cada día más firme y especializada. Decidí entonces participar en mi primera feria a nivel internacional, contratando un pequeño stand en el salón «Sitevi Mercosur» en Argentina.

Antes de salir, me puse en contacto con una familia de origen italiano y unos jóvenes del lugar nos ayudaron mucho con la organización.

Fue una hermosa experiencia, realmente sorprendente. Notamos que los visitantes estaban particularmente interesados en nuestros productos y en esa oportunidad también nos entrevistaron para una TV local, precisamente respecto a nuestras innovaciones.

Pese a que la experiencia fue realmente electrizante y prometedora, no pudimos optimizar los resultados, pues Argentina (no obstante la riqueza de sus viñedos) es una de esas naciones con derechos de aduanas elevados y una divisa débil.

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2009

Mi calvario comienza

El 22 de julio de 2009, la Policía Fiscal irrumpió en mi Empresa acusándome de haber violado dos patentes.

En los meses anteriores, a través de mi abogado, respondí a una intimación inherente a algunos elementos técnicos que estaba fabricando. Elementos que veía regularmente en todas las exposiciones que visitaba en Europa y de los que jamás hubiese imaginado que pudiesen estar protegidos por una patente.

A partir de ese momento comenzó mi calvario..

Me investigaron civil y penalmente. Era un subseguirse de tour agobiantes y dolorosos a los Tribunales de Asti y Trieste.

Tuve que defenderme de esas acusaciones tan insultantes, ciertamente iniciadas porque mi empresa estaba obteniendo mucho éxito y la aprobación del mercado.
Empleaba los mejores fabricantes de postes con los correspondientes distribuidores. En pocas palabras, me estaba convirtiendo en un importante fastidio para quienes sostenían el monopolio.

Obviamente, la noticia de lo sucedido empezó a difundirse rápidamente y al principio los pedidos comenzaron a escasear.

¿Qué hacemos? Después de tantos sacrificios y esfuerzos, con toda la devoción que habíamos demostrado, nos tocaba superar un obstáculo tan grande.

Pero no me quebré… ¡al igual que mis tubos al natural!

Me arremangué y visité cada uno de mis clientes. Traté de tranquilizarlos, explicándoles la situación y ofreciéndoles toda mi fiabilidad.

La fidelización de mis clientes para mis es fundamental y ciertamente no tenía nada que esconder.

Luego volví a participar en otras exposiciones del sector. De Italia a Romania, pasando por Bulgaria y España.

Mi conducta era totalmente coherente con la seriedad de mis acciones y no existían motivos para que dudasen de mí, considerando la validez de mi producto y, sobre todo, mi profesionalidad y mi dignidad.

Por lo tanto volví a trabajar produciendo como si no hubiese un mañana, haciendo trabajar las máquinas aún de noche. Ciertamente para mí esto no era un problema, considerando la experiencia de los años anteriores…

A pesar de ello, varios juicios siguieron acosándome, y sin embargo, seguí ganando nuevos clientes/distribuidores en el exterior.

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2012

¡La invención!

En 2012, mis técnicos y yo inventamos un distanciador para aplicar en los postes americanos, que servía para atrapar la vegetación. Un sistema de perfeccionamiento refinado impedía que el cierre de la vegetación pudiera desengancharse.

En 2012 y 2013 expusimos este sistema innovador en la exposición internacional de la viticultura en Sacramento, California.

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2015

Se reanuda la producción

Mientras tanto, en 2015 el Tribunal de Triste estableció que no había habido falsificación y finalmente me autorizó a reanudar la producción.

Llegado a este punto tomé la decisión de comprar una plegadora de molde para una producción a grande escala. La demanda de este último invento es elevada pues por el momento es el único que puede utilizarse en viñedos.

En el taller, mis técnicos y yo nos convertimos en grandes amigos: Un día, Marco, Angelo y yo hicimos una apuesta.

Angelo afirmaba que el primer año produciríamos al máximo 6 ó 7 millones, Marco decía que produciríamos 10 millones, mientras que yo, con mi carácter claramente más optimista, decía que superaríamos los 10 millones.

¿Cuál fue el resultado de nuestra producción? ¡Nada menos que 15.000.000!

Si, no es broma, ni tampoco el resultado de una conjetura descabellada y sin razón, ¡eran nada menos que 15 millones de piezas! Más allá de todas las expectativas. Las máquinas trabajaban incesantemente y el depósito no daba abasto.
Resumiendo, la fantástica historia de mi amada empresa va más allá de todas las expectativas.

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2021

El «gancho» imputado

Hoy, en 2021, después de haberme visto obligado a dar un paso atrás, mi empresa, que se había convertido en mi casa de noche y de día, durante todos los días de la semana, consume 30 toneladas mensuales de alambre y ha llenado 1000 m2 de espacio en el taller con muchas máquinas, exportando a varios países del mundo tales como Azerbaiyán, Uruguay, Inglaterra, Australia, etc. con un volumen de ventas de aproximadamente 3 millones de Euros.

Ah… me olvidaba… El famoso «gancho» imputado, hasta agosto de 2021 ostenta una producción de 127.000.000 de piezas en 3 años y medio, obteniendo un éxito considerable.

Dicen que la tenacidad es la virtud de las personas fuertes, como así también la disciplina que tanto me acusaron en mi juventud, en todo caso educativa y de ejemplo no sólo para mí sino también para el resultado de todos estos años.

Mis padres me enseñaron la «vida» con severidad pero también me enseñaron el amor por mí mismo y por mis logros.

Argentina

Argentina 2008

Argentina

Argentina 2008

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MIS METAS

Azerbaijan 2010

Azerbaijan

Azerbaijan 2010

Azerbaijan

Azerbaijan 2010

Azerbaijan

Azerbaijan 2009

Estados Unidos

Estados Unidos 2011

Estados Unidos

Estados Unidos 2011

Estados Unidos

Estados Unidos 2013

Estados Unidos

Estados Unidos 2013

Bosnia

Bosnia 2011

Bosnia

Bosnia 2011

Bosnia

Bosnia 2011

Bosnia

Bosnia 2011

Alemania

Alemania 2011

Alemania

Alemania 2011

Alemania

Alemania 2011

Alemania

Alemania 2011

Rumania

Rumania 2011

Rumania

Rumania 2011

Serbia

Serbia 2012

Serbia

Serbia 2012

España

España 2015

España

España 2015

Italia

Italia 2015

Bulgaria

Bulgaria 2015

Gracias lo digo también a ellos, sobre todo a ellos…

 

De una cosa estoy seguro, la confianza en sí mismos y la determinación son fundamentales.
No es bueno mirar mucho hacia atrás, no sirve arrepentirse de lo que no logramos hacer, más bien miremos lo que estamos haciendo, ¡hoy!
Continuemos nuestro camino sin sentirnos encima todo el peso del remordimiento y la melancolía.
El panorama del mañana nos brinda la inmensidad de las mejores emociones que solo nosotros mismos sabremos conquistar.
Los números hablan y nuestra satisfacción, así como nuestra alegría, son inmensas sensaciones de beatitud.

 

No llores…

¡Y NO TE RINDAS!